¿Evolución o revolución en el sector financiero?

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¿Evolución o revolución en el sector financiero?

(Publicado en El Economista, 25/IX/2018)

OVB responde desde su visión europea a esta pregunta.

OVB Allfinanz España S.A., especialista en la protección y planificación financiera de clientes privados, analiza a través de su director gerente en España, Harald Ortner, la actualidad financiera que más preocupa a los ciudadanos y profesionales del sector.

Entre evolución o revolución, ¿qué término define mejor la situación que vive el sector financiero en nuestros días?

Difícil dar una única respuesta. El sector financiero es una industria tan amplia que genera tantas novedades constantemente que nos afectan, como los cambios de normativas, la situación de las pensiones, el mercado laboral o la transformación digital.

Entonces, vayamos por partes. ¿Cómo ve la situación de las pensiones?

La insostenibilidad de los sistemas de pensiones en los países desarrollados debido al cambio demográfico es conocida desde hace décadas. Sin embargo, la información y conciencia del ciudadano español en la última década ha evolucionado radicalmente. La opinión de “desconozco el tema porque se ocupará el Estado” ha dado paso a una postura de alerta máxima.

Según un reciente estudio del instituto de pensiones del BBVA, un 83% de los españoles entre 18 y 65 años está preocupado por su pensión. Esta realidad significa una revolución (positiva) en los clientes.

Mientras la tarea principal de OVB en 2003, año de su fundación en España, era explicar al cliente esta problemática, hoy este se muestra más sensibilizado y dispuesto a organizarse de una manera eficaz para su jubilación.

¿Y el Gobierno ha revolucionado el sistema con sus reformas?

No, únicamente podemos hablar de una evolución en la sistemática de cálculo. Es evidente que existe una falta de atrevimiento enorme en realizar reformas profundas, por las consecuencias electorales que pudiera tener. Esto finalmente nos llevará a una ‘revolución’ impuesta por la Unión Europea como ocurre a menudo últimamente.

Evidentemente no se trata de una tarea apetecible, pero es absolutamente ineludible. Modelos a tener en cuenta pueden ser el de Holanda, donde los planes de pensiones empresariales son semiobligatorios o el de Suecia, en el que las cotizaciones de cada trabajador se depositan en cuentas virtuales individuales o el de Alemania en el que existen los “Planes Riester” en los que el Estado premia las aportaciones que hace cada ciudadano añadiendo otra aportación directa al ahorro.

Sin embargo, lo realmente preocupante, desde mi punto de vista, es que el Gobierno con sus decisiones ni siquiera consigue dar un mensaje claro y en la dirección correcta.

Cada partido en el gobierno cambia constantemente la fiscalidad de ahorro. Incluso se ha llegado a crear un nuevo producto en 2014 con beneficios fiscales tras 5 años denominándolo “erróneamente” SIALP (Seguro Individual de Ahorro a Largo Plazo). Aunque el producto pueda tener sus virtudes – que no es la cuestión aquí – no es el producto y el mensaje que empuje a la sociedad española a ahorrar a largo plazo para la jubilación.

Esta falta de incentivación es lo que afirmó también Emmy Labovitch, asesora de la Unidad de Pensiones Privadas de la OCDE, en un seminario organizado por INVERCO: "En España el incentivo fiscal en instrumentos de ahorro para pensiones es del 10% mientras que en Francia o Reino Unido alcanza el 30%".

En resumen, necesitaremos una revolución en el sistema de pensiones para avanzar hacia un sistema sostenible y un gobierno comprometido en la incentivación de productos de ahorro para la jubilación.

MIFID, PRIIPS, IDD, KID… ¿Tantas nuevas normativas y siglas para aprender?

En cuanto a normativas y exigencias legales, podemos afirmar que el sector financiero está viviendo una época de muchas y exigentes novedades. Pero me quedaría con evolución y no con revolución.

Evolución positiva ya que realmente se pretende mejorar en todos los aspectos en beneficio del cliente.

En este sentido, en OVB tenemos la ventaja de haber actuado muy en la línea de las exigencias de la nueva regulación desde siempre, analizando con detalle su situación financiera, sus conocimientos, sus objetivos y buscando soluciones acordes a ello. Recientemente, OVB se ha adelantado a la entrada en vigor de la ley de distribución de seguros en España cuyo borrador aún está en fase parlamentaria, incluyendo el test de idoneidad según la Directiva (UE) 2016/97 para determinar la oferta idónea para nuestros clientes.

Desde enero de 2018 es obligatoria la entrega del KID a los clientes de productos de inversión basados en seguros que mejora sustancialmente la posibilidad de comparar entre productos parecidos.

La dificultad para el distribuidor consiste en trasladar toda la información exigida por ley de forma clara y concisa al cliente para que pueda decidir correctamente. Por este motivo seguimos creyendo en un servicio personalizado, de tú a tú con el cliente. No debemos caer en el error de compararlo con la compra de un libro en amazon.

No significa que no sepamos que vivimos en la era de la revolución digital y nuestro cliente quiere una comunicación moderna con respuesta inmediata y en un lenguaje amigable y sencillo. Para nosotros, como para muchas compañías, representa el mayor reto en la actualidad y más cuando parece que el legislador pide justo lo contrario, un sin fin de documentación.

Las exigencias de formación también aumentan ¿Cómo los afronta OVB?

En OVB ofrecemos un sistema de formación excelente, que combina la formación propia con la de las compañías partner y por supuesto toda la formación legalmente exigida a través de instituciones externas de gran prestigio. A todo ello añadimos recientemente la iniciativa Campus Carrera, un plan de formación trimestral y presencial. Los consultores financieros son nuestro mayor valor y por tanto invertir en mejorar diariamente sus habilidades y conocimientos es la mejor inversión para el futuro de OVB.

¿Qué análisis hace del mercado laboral del sector financiero?

Si preguntamos a la banca, la respuesta es clara: revolución. La banca reduce plantilla desde

hace años y lo tendrá que seguir haciendo debido a las fusiones y la mencionada digitalización. Los empleados de banca que “sobreviven” no son los empleados de caja de antaño, sino que se les exige iniciativa propia para acercarse al cliente y ofrecerle un servicio más personalizado que requiere más formación y responsabilidad, pero sin o con muy poco margen de crecimiento dentro de la empresa. Una situación que hace buscar a muchos profesionales de banca otras alternativas.

Esta tendencia negativa en la banca, sin embargo, no afecta al resto de profesionales del sector sino todo lo contrario. Todo lo comentado anteriormente indica que la sociedad necesitará más asesoramiento y cultura financiera. Me permito mencionar nuevamente el estudio realizado por el BBVA: a pesar del alto porcentaje de preocupación por las pensiones solo un 28% de las personas ahorran para su jubilación.

El concepto de OVB es totalmente diferente a la banca. OVB ofrece a sus colaboradores la mejor plataforma para emprender en el sector financiero.

Nuestra propuesta diferenciadora es un plan de carrera único que garantiza la objetividad para la carrera de cada uno desde el primer día y en todo momento. Combina lo mejor de ser emprendedor – como la libertad de horarios e ingresos en función de tus logros - con el know how y la estabilidad financiera de un grupo con casi 50 años de experiencia en Europa.

¿Entonces OVB está preparado para este futuro exigente?

Estamos bien preparados, aunque conscientes de los retos actuales, hasta tal punto que nuestro plan estratégico para los próximos 5 años se denomina “Evolution 2022”.

¿Y para el sector financiero español podemos resumir que el sistema de pensiones está en “estado crítico” y se avecina una revolución, pero el propio sector “evoluciona favorablemente”?

Un resumen excelente al que solo añadiría... y ofrece excelentes oportunidades para todas las compañías y profesionales del sector.