El cuidado de la salud
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Nunca es demasiado tarde para aprender a comer, aunque bien es cierto que, si lo mantenemos desde pequeños, acortamos y facilitamos el proceso de cambio de conducta nutricional. El estrés, las comidas fuera de casa y el poco tiempo para cocinar de manera adecuada llevan, en muchas ocasiones, a no alimentarnos como debemos y a no ejercitar nuestro cuerpo lo suficiente. Esto, en muchas ocasiones, desemboca en obesidad o problemas de sobrepeso que no se quedan ahí.
Las consecuencias de la obesidad o sobrepeso y enfermedades asociadas son:
- Diabetes tipo 2
- Enfermedades vasculares e hipertensión
- Enfermedades respiratorias
- Algunos tipos de cáncer
- Osteoartritis, lumbalgia y agravación de artrosis
- Problemas psicológicos
- Colesterol
- Trastornos cutáneos
- Tumefacción en los pies y tobillos
Los problemas de sobrepeso no siempre van asociados a los malos hábitos alimenticios. En otras ocasiones, están directamente relacionados con factores genéticos y orgánicos que inducen a su aparición. Otro origen lo tienen los factores socioeconómicos: las personas con mayor nivel adquisitivo tienden a padecer obesidad. Por último, el estrés, la menopausia o el embarazo también vienen de la mano de un aumento de peso, por lo que, de no ser controlados, son fases que podrían desencadenar en obesidad.
¿Cómo prevenir la obesidad?
Se reducen y se palian las probabilidades de padecer obesidad y sobrepeso con una alimentación equilibrada y una buena dosis de actividad física.
Para aquellos que nunca han tomado conciencia sobre lo que comen, se convierte en una tarea dificultosa el cambiar de hábito y ceñirse a los alimentos y a la rutina recomendable de comidas. Conocer bien a qué grupo corresponden los alimentos, cuáles combinan con otros y hacer una ingesta adecuada diaria, teniendo en cuenta el ejercicio físico que se realiza, son las bases primordiales del “saber comer”.
El ejercicio físico es la segunda clave. Debemos tomarlo como rutina y disfrutar con el mismo. Se recomienda combinarlo con el trabajo cardiovascular ya que, al mejorar la fuerza, aumenta la capacidad de moverse y la motivación. Además, el ejercicio físico en general no solo ayuda a paliar los síntomas de sobrepeso sino a mantener la firmeza, agilidad y los reflejos de cara al futuro.
Otras soluciones para la obesidad y sobrepeso
Además de lo anteriormente comentado, se consideran otras soluciones que podrían cambiar la forma de ver la situación personal con el fin de pasar a la acción y comenzar a cuidarse. Estos son el apoyo psicológico y los tratamientos médicos.
La asistencia psicológica de la mano de un profesional nos ayudará a entender que es posible poner fin a esta enfermedad. Lidiar con la ansiedad e interiorizar que, con trabajo, podremos mejorar nuestra calidad de vida y bienestar es muy importante para poder afrontar la situación.
En otras ocasiones y cuando el cambio de hábito no es suficiente por la gravedad de la enfermedad, se tienen en cuenta la cirugía u otros tratamientos. Además, si la obesidad ha desembocado en otras enfermedades, deberán tratarse antes de trabajar el sobrepeso.
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